Mario CASTELLANOS ALCAZAR-
Causó sorpresa- y eso, sí, es una novedad atípica, no esperada, así, como hilaridad, escepticismo y confusión, el hecho de que el presidente Andrés Manuel López Obrador (MORENA), haya destapado a cuando menos a 10 aspirantes de la oposición: PRI, PAN, PRD y MC a la presidencia de México.
Dicha intervención la hizo en su conferencia mañanera desde el Palacio Nacional, fuera de tono, porque no es su función; luego las reacciones de la misma oposición, lo actores políticos, los empresarios y la sociedad civil están despertando criterios encontrados. Y esto causa controversias y desatinos infundados. ¡Fuera manos!
El presidente es el presidente, pero está fuera de contexto, más bien, como dice la voz populi, “está sudando calenturas ajenas”; “se está metiendo en camisa de once varas”, como dice el adagio: “zapatero a tus zapatos”.
Señor presidente con todo respeto y la jerarquía de su envestidura, dicen los analistas, no se meta en la vida política de otros partidos de la oposición, que no sea el suyo: MORENA. Son los opositores los que en su momento darán a conocer a sus aspirantes a las candidaturas de la presidencia de México.
Pomposamente, el gobierno de los mexicanos, morenista al cien, destapó a Lilly Tellez, Gabriel Quadri, Margarita Zavala, Santiago Creel, Alejandro Moreno, Marko Cortés y a Claudio X Gonzalez, de los partidos: PRI, PAN, PRD, MC y la sociedad civil.
Lo irónico es que haya dicho. A lo mejor también aspiran los periodistas, Loret de Mola y Carmen Aristegui, que por supuesto no, estos no han manifestado semejante ocurrencia, ¿acaso es una mofa por el hecho de denunciar los desencuentros del gobierno en turno?, principalmente el caso de la “casa gris” de Houston, Texas y los conflictos de interés.
No mencionó a Ricardo Anaya, del PAN, quien es uno de los aspirantes a la presidencia, por segunda vez, la primera fue en el año 2018. Lo que sí, instó a los partidos de la oposición a que ya den a conocer los nombres de sus aspirantes a la presidencia de México, cuya elección será en el año 2024.
Cierto es que la situación política electoral, en México, es crítica y de crispación, por lo que toda alusión en lo político electoral causa diferentes reacciones, desde la polarización en los entes políticos, hasta la distracción de los mexicanos en estos momentos de crisis política, económica, social y el estado de violencia en los confines de la república mexicana.
Ya tenemos la experiencia que los destapes prematuros como el mismo presidente lo hizo en su partido: MORENA, alborota a la gallera, pero además, causa estupor, diferencias, ansiedad, polarización, distracción, división y polémicas cuando se hacen fuera de los tiempos electorales, ¿o es una estrategia del gobierno para mantenerse en la diatriba con fines inconfesables?
Ahora más, cuando el gobierno se entromete en la vida política de los partidos de la oposición, a los que ha llamado conservadores, fifís o traidores; esto deja mucho que decir, talvez, trata de confrontar y exacerbar los ánimos, o simplemente es populismo, a menos de un mes para el proceso electoral de la revocación o ratificación del mandato del Gobierno Federal.
Algo tiene de fondo político la postura del gobierno de la 4 T, luego, de que el Instituto Nacional Electoral (INE), en cumplimiento de la ley, ordenó, al gobierno y a MORENA, la suspensión de la publicidad impresa o redes sociales, que a nivel nacional promueve la participación ciudadana en la revocación del mandato que tendrá lugar el próximo 10 de abril.
Porque la promoción corresponde únicamente al INE, tras fuerte polémica entre el mandatario y los consejeros de la institución electoral.
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